jueves, 26 de noviembre de 2009

SANIDAD (El Médico)






Uno esta tremendamente agradecido a los profesionales de la sanidad, ya que gracias a ellos puedo seguir escribiendo, por no decir “contándolo” como normalmente se suele decir. Ocasión que aprovecho para desde aquí darles las gracias.

Observo cada vez que me veo obligado a requerir la habitual asistencia médica _ y que mi condición de paciente crónico demanda_. Que a los ojos de los economistas de la sanidad, la figura del médico es la de un intermediario. Por lo que tanto el rol como su status han cambiado y que a la vista de los acontecimientos seguirá cambiando. ¿Para bien o para mal? Mi impresión es que para mal…

Pero es que para estos mismos ojos, la figura del enfermo o el paciente también han cambiado. Ya no somos ni atendidos ni vistos de igual manera que antes. Hoy los pacientes somos vistos como “consumidores” de bienes y servicios sanitarios, dicho de otra manera tanto el médico como el enfermo es visto por la economía de la salud como meros agentes económicos. ¡Fríamente, así!

Ya en la antigua Grecia, la figura del médico era Esculapio, un semidiós, hijo de Apolo. Y es que remontándonos a la antigüedad, observamos que en todas las culturas primitivas la figura del médico se hallaba relacionada con lo mágico, lo divino y lo religioso (Chamanes, brujos, sanadores…) Puede que la medicina provenga de la necesidad de los humanos de ayudar a sus congéneres a aliviar sus dolencias. Dando paso al conocimiento basado en la experiencia, es decir creando oficio. Produciéndose su regulación y siendo obligada la formación del médico, quien estudia y se titula en la Universidad. Pero desde entonces a nuestros días la figura del médico y su lugar en la sociedad ha sufrido un cambio radical.

Es que el papel del médico no creo que deba de ser el de organizador ni administrador de la atención de la salud, sino el de utilizar todos los conocimientos y medios que la ciencia actual proporciona, para ayudar a los pacientes a recuperar la salud perdida, para prevenir las enfermedades, es decir atendiendo más a las consideraciones éticas y morales que son inherentes a su formación profesional. Lo que choca con la actual actitud de los gestores y asesores, del sistema de salud, basados en conceptos economicistas, que escatiman recursos, al tiempo que privilegian a empresas privadas solo animadas por el lucro.

Lo que lleva que el médico de hoy, se deshumanice, no conozca a la mayoría de sus enfermos, no porque no pisen la consulta sino, porque el médico, no tienen tiempo suficiente para atenderlos. Y es que los pacientes no deseamos ir al médico, como si fuéramos a reparar el vehículo, donde un técnico solo se limita a restaurar las piezas estropeadas. Por lo que los enfermos son ajenos a este modelo, los enfermos y sus familias solo desean que les proporcionen una buena atención.

En la actual situación, el médico y el paciente, los protagonistas centrales del acto médico, hemos sido relegados a un plano secundario, donde las decisiones importantes quedan fuera de nuestro alcance. Lo que tanto los profesionales como los enfermos, aunque quieran no pueden, lo que les deja atrapados en el medio y claramente descontentos.

Y el papel del Estado, dentro de la economía de de mercado que defiende, también ha cambiado, ya que viene propiciando un proceso de privatización basado en los recortes de prestaciones y servicios.

PENSIONES II (¿Públicas o Privadas?)

Hoy deseo comenzar haciendo referencia a Van Rensselaer Potter , quien utiliza _ al inicio de los años 70 del siglo XX _ por primera ...