Muchas son las veces que opto por callarme y ni siquiera deseo opinar. Y es que mis mayores me enseñaron que como mucho solo dedicara dos minutos, solo dos minutos, al día a contestar y a opinar sobre imbecilidades. Lo cierto es que estos hoy ya se han consumido, por lo que sin que sirva de precedente y acogiéndome como no podía ser menos, al derecho de pataleo que ese sí que siempre me han dicho que lo tengo y por lo tanto que lo ejerza, pues hoy voy a saltarme tan sabia norma y dedicarle poco más de tres minutos a la imbecilidad. En comentar sobre esta fauna, de fascistas que se erigen en héroes del antifascismo, _sí, puede parecer paradójico, pero es cierto_ que deambulan e incluso gobiernan nuestra tierra patria. (Y conste, que mi experiencia no es poca, pues ya son muchos años los que me han dado la oportunidad de vivir _eso, sí, desde las bases del sindicalismo_ las contradicciones de este mundillo, de toda esta fauna).
Por lo que recomendaría a los sociólogos que aprovechen la sucesión de acontecimientos que estos días se están dando, para realizar estudios, que seguro sentaran cátedra, sobre la estupidez y la pérdida de libertades en España. Ocasiones nunca faltan a través de la historia de la humanidad, pero tan manifiestas como estas escasean y eso que estos días el gobierno, está inmerso en la publicidad del buen hacer y echando las campanas al vuelo e incluso se pone la piel de oveja e invita a todo español incluido a este “tonto” pensionista, a la celebración de las efemérides patrias. Ya saben:
“El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él.” (Carlos Ruiz Zafón)
Por, no excederme y concederle más tiempo del que la idiotez se merece. Solo recordar este discurso Juan Luis Cebrián: “En defensa de una libertad frágil” (EL PAÍS - Madrid - 04/05/2010) Y solo lanzar estas preguntas al viento: ¿Cuándo se respeto y respeta, lo que estos fascistas erigidos en héroes antifascistas, gritan desde los atriles, para contentar a tontos o ingenuos, como yo? Y ¿para qué sirve recogerlo en papel? Si, nada de esto se cumple y nada de esto precisamente ellos defienden. Sí hay, otra cosa que me ensañaron, es el compromiso, ese que un paisano adquiere y este puedo asegurarles que no necesita ni de papel ni de bufones, simplemente un apretón de manos. Eso sí las manos deben pertenecer a personas que se vistan por los pies.
Analicen ustedes. Pues yo nunca conocí esta libertad de la que el personaje habla:
“El 10 de noviembre de este año cumple el bicentenario del primer decreto en la Historia de España que aprobó la abolición de la censura y la implantación de la libertad de prensa”.
“Las democracias son regímenes basados en la opinión pública. La expresión formal de esta se transmite en las urnas, de forma periódica, mediante el sufragio universal y secreto. Pero para que ese acto pueda, a la vez, ser libre y responsable, los ciudadanos tienen necesidad de estar informados, han de ser capaces de conocer y discernir sobre las diversas opciones electorales, poder analizarlas y pronunciarse sobre ellas”.
En fin el discurso si por algo destaca es porque se ha ganado un lugar en las hemerotecas. Por eso hoy quiero desempolvarlo. Porque la libertad, si ya no está muerta al menos agoniza.
