Vivir para ver y escuchar: Hace algún tiempo un amigo hispanoamericano, me comentaba que durante unas elecciones generales en su país, asistió a un mitin de uno de los candidatos a la presidencia. Y cual no fue su sorpresa cuando dicho candidato, llevado por la euforia, del momento o su propia insensatez, se despacho con esta frase: “Y para alcanzar nuestros objetivos, trabajáremos las veinticuatro horas del día y si es necesario también por las noches” Ni que decir tiene que la misma cara de estupor me queda a mí, cuando escucho a la “casta política”, hablar de la “refundación del capitalismo, un capitalismo razonable y ético” Personalmente debo decir, que tal estupidez, no se da ni en las escenas de la “Pantera Rosa”. No sé, sí no saben lo que dicen, o es que soy muy cortito…
¿Acaso alguien duda, que la esencia del capitalismo es el beneficio? Pues si el fin del capitalista es la ganancia, puesto que son los beneficios y el crecimiento constante de estos los que le permiten competir y sobrevivir en esa competencia contra los demás capitalistas. Por eso frases como “cuanto más tienen más quieren” o “si ya tiene bastante para que quiere más” (…) no tienen cabida en el mundo capitalista, pues si tu no aumentas tus beneficios, los demás te ganan la partida. Pura lógica de funcionamiento del sistema, que no ética. Es decir los capitalistas no solo necesitan del beneficio como satisfacción personal, si no que este se convierte en esencial en su lucha con la competencia.
Por lo que, nadie produce de forma equilibrada teniendo en cuenta solo las necesidades reales de la población, sino que en el sistema capitalista la producción es inevitablemente anárquica, tratando de producir cada fabricante de acuerdo a sus intereses personales e intentando echar del mercado a su competidor. Esto es de lo que trata el capitalismo, de ganar en la competencia y ganar en este contexto implica obtener más beneficios que tus competidores, para así hacerse con el mercado.
Y la obtención de estas (Tasa) ganancias proviene en gran parte del plus valor que obtiene el capitalista a consecuencia del trabajo que otros realizan a su servicio. Por lo que el trabajo es en el sistema capitalista una mercancía más _ El trabajador, vende o alquila su fuerza de trabajo a cambio de un salario, dentro del mercado y lo hace como una mercancía más_ Es decir la fuerza de trabajo es una mercancía de la cual el capitalista obtiene la “plusvalía” que le permite acumular capital. Es más al trabajador no se le paga por lo que produce sino por lo que cuesta, recuperar su fuerza de trabajo, para la siguiente vez que se le requiera producir para el empleador. Podemos ver como en la práctica, para determinar nuestro aumento salarial, solo toman el valor de la cesta de la compra, el IPC. No teniendo para nada en cuenta lo que el trabajador produce y fijándose solo en cuanto necesita para ir tirando. Sin entrar a valorar las circunstancias socio-político-económicas, de cada momento, siempre el trabajador cobrara por debajo de lo que realmente produce. Y en esta diferencia entre lo que se produce y lo que se paga, esta la ganancia del empresario y de no ser así, este tendría perdidas y estaría condenado a la desaparición. ¿Entonces donde radica la ética, del sistema capitalista? Si es evidente que la competencia es el motor del capitalismo. El libre mercado.
¿Qué ética puede haber? En un sistema, que el papel del Estado, esta relegado solo a intervenir como mediador entre los rifirrafes de los distintos sectores del capital en su lucha intercapitalista. Como la que estamos viviendo. ¡Ah! Sí, también regula su relación con otras clases sociales. Pero lo hace arbitrariamente y nunca sin salirse de los márgenes que marca el propio sistema capitalista. Es decir si el sistema está en crisis es porque la propia dinámica del sistema nos lleva a ella. Por eso no entiendo lo de la refundación del sistema. Hombre siempre cabe entenderlo como el presidente Nicolás Sarkozy: (En plena crisis económica mundial, subyacen estos días, como ya dejamos patente en anteriores disertaciones, interesantes debates entre tanta pomposidad mediática (a veces cegadora). Una de las últimas reflexiones en voz alta de Nicolás Sarkozy ha retumbado con cierta prominencia en algunos sectores sociopolíticos. Su exordio podría resumirse en: ¿es posible refundar el capitalismo, hacerlo ético, razonable?)
¡NO SOLO VOTES AL POLITICO SINO PONLE A TRABAJAR!
