martes, 14 de diciembre de 2010

Guardar cola



Cada día tengo menos paciencia, es una facultad que voy perdiendo con los años y por lo tanto no me gusta nada eso de tener que guardar cola. Pero cuando me toca esperar mi turno, me jorobo y espero, sin más, porque si paciencia tengo poca _que poca ya es alguna_ lo que si me sobra es justicia conmutativa. Es decir respeto las reglas de convivencia _al menos las que a mí me han enseñado_ pues entiendo que estas, normas que vienen rigiendo a lo largo de los años (salvo algunas modificaciones que se pueden dar o que conlleva todo proceso evolutivo de la sociedad) los cambios son más bien lentos. Pero estas normas son las que rigen a esta sociedad, lo que no quiere decir que me gusten o me disgusten ni tan siquiera que sirvan para cualquier otra sociedad ya que esta otra tendrá su propio código de conducta. Pues sin la existencia de unas mínimas reglas que ayuden a las personas en su convivencia diaria, no es posible que una sociedad subsista. ¡Digo, yo! ¿Hay alguien, al que le guste, hacer cola? Lo dudo. Pero la inmensa mayoría, con más o menos resignación esperamos nuestro turno. Unas veces en fila, es decir delante de unos y detrás de otros, al no ser que uno sea el primero o el último. Otras, bien sentados o de pie en una sala, por tiempo indefinido, pensando en lo que uno podría hacer, sino tuviera uno, que esperar a ser atendido. Y otras con el problema correspondiente esperando turno en casa…

Pero me guste o me disguste, entiendo que es la forma más justa de ser atendidos, aunque ello signifique dedicar tiempo y energías, para respetar el turno de los que llegaron o que están antes, por cultura ciudadana. Porque es necesario entender que uno no está solo en el mundo y que por lo tanto, tenemos que compartir servicios, tiempo y espacio. Que suelen ser _por mangoneo político_ más escasos, que los ciudadanos demandantes.

Y es que uno ya se cansa, de ver como aún sigue habiendo trato de favor. Si, a nadie le gusta esperar, al igual que no le gusta al que se cuela por la puerta de atrás, entonces que es que los que guardamos turno, somos tontos, que hacemos algo que nos cabrea y no nos gusta hacer. Y es que esta es la forma de proceder de algunas personas y de ciertos profesionales, que se hacen y son intolerables e incluso están enmarcadas en un ambiente de corrupción. (Por ejemplo: previo pago consulta particular al especialista, se salta lista de espera...) Y esto además de estar convirtiéndose en una forma encubierta de copago, nada tiene que ver con un país democrático _si es que España, lo fuese_ esto es propio de sociedades subdesarrolladas donde abunda “el listillo” quien prefiere beneficiarse personalmente, a cualquier precio, en vez hacer respetar o de esperar su turno. Pues esperar la vez, es propio de idiotas. Y ahí tenemos, esos irresponsables, tanto los que en lugar de reclamar sus derechos prefieren pagar, o buscan obtener beneficio personal mediante el amiguismo, la coima… como los jetas que lo promueven.


¡Por favor espere su turno!

PENSIONES II (¿Públicas o Privadas?)

Hoy deseo comenzar haciendo referencia a Van Rensselaer Potter , quien utiliza _ al inicio de los años 70 del siglo XX _ por primera ...