Citando al gran, Antonio Machado: “El hombre sólo es rico en hipocresía. En sus diez mil disfraces para engañar confía; y con la doble llave que guarda su mansión para la ajena hace ganzúa de ladrón”. Reconociendo lo que de cierto tienen los versos de Antonio Machado, también apelo, por considerarlos tanto o más importantes estos otros también suyos: “Tu verdad no; la verdad / y ven conmigo a buscarla. /La tuya, guárdatela”. Lo que me lleva a la frase con la que en su día sentenció la gran Marguerite Yourcenar y con toda razón, puesto que la gran mayoría ni un solo segundo de su vida dedican a la reflexión: “Exageráis la hipocresía de los hombres. La mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble”. Y, palabra que me lo creo… por lo que “ya” no sé quien hace más daño a la sociedad, si el hipócrita o el necio.
No es que desee repetirme, ni repetir lo que desde hace siglos autores de gran renombre y sabios, perfectamente han dejado escrito, pero solo a modo de recuerdo y para quien de verdad interese creo que no viene demás recordarlo. Ya que son tiempos de auge de hipocresía política y nunca viene mal dejar a los sinvergüenzas con el culo al aire.
Porque estos sinvergüenzas, llenan horas enteras de televisión, copan las portadas de los periódicos que ellos mismos autodenominan de prestigio y que con el dinero de todos mantienen _eso sí, son de interés público, es decir la hipocresía es más importante que la sanidad, la educación…_ revestidos de gala o gran lujo, _gran elocuencia me refiero_ para aparentar ser más auténticos o verdaderos, cuando de estos medios, nunca sale una verdad. Apariencia son nada más. Se dividen en grupo “A” y en grupo “B”, parece que se contradicen pero, no, en realidad defienden y obedecen a los mismos amos.
_. Un ejemplo sencillo al que hoy asistimos, Real Madrid “Mourinho” / Barcelona “Guardiola”. Establecen un paralelismo antagónico, con el fin de crear o mantener una rivalidad… ¿a quién beneficia, en realidad? o ¿a quién le puede interesar? Pues ahí tenemos a los españoles entretenidos y el Marca y el Mundo Deportivo y las televisiones llenando espacio… y logrando el efecto hipnótico deseado.
Es decir, crean esperanza por lo que prometen que harán, cuando lo cierto lo que hacen es engañar. Toda esta parafernalia _Liga, mundial, olimpiadas y otros festejos más_ lo que hacen es engañar al pueblo, no dejándole tiempo para reflexionar en cuestiones mayores.
Y aquí estamos, viviendo sobre la podredumbre y maloliente moral española. ¡Sí! el lenguaje tiene la facultad de llamar democracia a la dictadura, esto es la doble moral, presumir que se es, lo que en la práctica no se cumple. (De esto sabe mucho, Zapatero y el PSOE, tanto que se han convertido en el gran referente, para los españoles, sobre la falsedad y la doble moral) Estos personajes seguirán sacando pecho, (rodeados y aplaudidos por sus incondicionales interesados, beneficiados de alguna manera o modo) con sus elocuentes mentiras, con las que seguir manteniendo embobada a la mayoría de la sociedad. Pues veo que son muchos los que no distinguen lo falso de lo verdadero. ¿Quién puede seguir creyendo, en este embustero político, llamado Zapatero? Este es un falso socialista y si un verdadero retrogrado.
Parece un inofensivo y tonto botarate, ¡pues no! mostrando candidez, te cuela sus retrogradas, abusivas e injustas leyes. Este solo defiende al poderoso, este está a las órdenes y servicio, de los Botín, duquesa de Alba, Koplovich…Lo que menos le importa es el obrero. Una cosa son sus palabras _vacías_ y otra muy distinta las realidades. Estos políticos españoles, te prometen un euro, cuando lo que hacen por arte de birlibirloque es dejarte en pelotas. Tan descarada es la mentira del PSOE, que si antes con el fin de conseguir votos utilizaban el discurso antibelicista y antiimperialista ahora es todo lo contrario, España debe someterse a los dictados del imperio. Pues nada, señores ya ven el Gobierno español está a su disposición y no a la de los españoles. Pueden continuar con el saqueo, tienen permiso de Zapatero.
