Y es que no hay nada como la ciencia en manos del poder, lo que me recuerda la sobrino de Sigmund Freud, _Edward Bernays_ conocido como el padre de las relaciones publicas. De ahí que hoy os deje este interesante video.
Este día, mientras esperábamos noticias en la sala de espera del hospital, uno de mis hijos _soy padre de cuatro_ nos propuso irnos a tomar un café, ya que la espera, como muchos de ustedes saben, en estos lugares suele ser larga y pesada. Por lo que nos dirigimos hacia la cafetería y una vez allí, surgió entre dos de ellos un debate en el que al final todos participamos, mientras yo intente mantenerme al margen, (en estas condiciones lo intento, puesto que no me gusta inmiscuirme en los debates de los chavales) ¡no lo creerán! paro al final participo.
La cuestión comenzó con el actual mundial de fútbol (pudo ser cualquier otro el tema inicial) y más concretamente con las declaraciones que había realizado del portero de nuestra selección, Casilla, sobre las primas que recibirían los jugadores. Uno le criticaba, otro con la intención de defenderle acusaba a quién tenía la potestad de pagarlas, otro que porque dar la mitad a una ONG que seguramente lo utilizaría para auxiliar a los necesitados de otro país en lugar de dárselo a quien lo necesita en España… Y en medio de todo este debate lo que realmente se acabo discutiendo fueron las medidas adoptadas por del Gobierno, pues al final fueron las que se discutieron. Al fin y al cabo, mis hijos tienes profesiones diferentes, e incluso al igual que ello sus esposas tienen distintos cargos y empleos. Por lo que no me era extraño, ver que cada uno defendiera la feria según le fuera en ella. Lo que si me llamó poderosamente la atención es que no se estaban dando cuenta de cuan desvirtuada habían hecho la discusión. Así que después de un largo tiempo escuchando, pensé, no sé si intervenir o dejarlo, pues está claro que o bien ellos o bien yo soy el que no entiendo absolutamente nada de nada. Por lo que les pedí la palabra y les solté, mi rollo: ¡observar la cafetería! les dije, está llena de personas, ¿vosotros creéis que todas estas personas tienen los mismos problemas? Pues no, seguro que no encontramos dos que se encuentren en idéntica situación, parecida puede, pero idéntica difícil. Porque aunque trabajadores fuesen todos, hay quien tiene trabajando a todos los miembros de la familia y en el otro extremo hay quien no trabaja ninguno y entre extremo y extremo, mirar las combinaciones que pueden darse… Por lo tanto desde una perspectiva individualista no es posible ver ni solucionar el problema real, eso es lo que os está pasando a vosotros ahora.
Para no abandonar el tema del futbol con que se inicio el debate les continúe diciendo: tenemos un estadio, lleno de personas pero dentro de ese estadio cada uno juega un rol diferente y por lo tanto tiene intereses económicos diferentes. (Tenemos, jugadores titulares y reservas, cuerpo técnico, directivos, aficionados, de tribuna norte, este, oeste y sur, con asientos a pie de campo y los que están sujetos al palo de la bandera…) Pero a la gran mayoría (digo mayoría, porque debemos tener presente que existe una minoría, que lo del “patriotismo” se la suda, que solo ven intereses económicos, es decir son los que compran y vende sin duelo…) les une un sentimiento “patriótico” hacia eso que muchos denominan colores… Pues bien traslademos esto a España o cualquier otro país, o globalmente… ¿Habrá una solución posible?
Primero es importantísimo no perder la perspectiva de conjunto y tener claro el rol o estatus al que pertenecemos dentro de la actividad económica, por lo cual tenemos intereses diferentes (unas veces van todos en la misma dirección y la mayoría son contrapuestos: autónomos, multinacionales, pequeñas empresas, medianas empresas y los trabajadores, todos persiguen o perseguimos objetivos distintos). Por esto es ridículo pensar que quien más tiene y además manejan los hilos del poder prescriba recetas pensando en el bienestar general. Cuando “España va bien” no quiere decir que vaya bien a todos los españoles y cuando “España va mal” no quiere decir que vaya mal a todos los españoles por igual. La crisis que ha llegado a España no ha llegado a todos los españoles. Perder la perspectiva de esto es no ver de la realidad, en la realidad no todos somos iguales ni participamos por igual ni en el reparto de los beneficios ni en provocación ni solución de los problemas. Y esto es lo importante. Porque sino seguiremos tragándonos el rollo nacionalista que antepone el sentimiento de nación al lugar o el rol que se ocupa en la producción justificando así, los apaños entre poder y sindicatos o poder y agentes sociales como gusta denominarles y, que siempre termina dando por el saco al trabajador. ¿Díganme, que grado de participación tiene el trabajador? Si no tiene ninguno ¿entonces qué culpa tiene del desaguisado?
Lo que estamos haciendo al alejarnos de la realidad es entrar en el juego interesado del poder “financiero”, desviando la atención de la clave del asunto, “la lucha de clases”. Si vemos quien recomienda los tijeretazos (FMI, BM, BCE…) y quienes los apoyan ya deberíamos saber por experiencia, de dónde y de parte de quien vienen los disparos. Y por lo tanto quien va a salir herido. ¡MAS DE LO MISMO!
