(Creo que el vidio disipa las dudas. Por eso ZP dice si no hay tensión la gente, la gente no vota. Entonces, a él le corresponde dramatizar para que la gente vea que hay algo en juego)
Vaya por delante que no es mi intención, ni quiero remontarme a tiempos lejanos de nuestra historia sólo a los años que por ventura o desventura llevo sobre esta piel de toro. Y es que, España sigue siendo la misma España del franquismo _al menos así la percibo yo ¿no sé Vds.? ¡Hoy! España es para mí, esa misma vieja y cansada España de los años cincuenta del siglo XX, que no da pasos, sino, que va arrastrando sus alpargatas y sustentándose en endebles bastones. Con tan frágiles e inconsistentes cimientos, constantemente se nos desmorona. Apenas se levanta (eso sí cuando lo hace es para seguir arrastrándose encorvada e incapaz de erigirse) de nuevo se derrumba_.
Y es que desde el principio uno se da cuenta que en España, la política se vive como el futbol, con pasión ciega, aquí no somos críticos somos forofos. No hay lugar para el raciocinio, al contrario con ayuda de los medios, existe un empeño en crear y mantener dos bandos (el resto, no existe, solo a dudas penas subsiste, que no es poco) propiciando que triunfe el radicalismo exacerbado lo que a su vez aumenta más el bipartidismo. Al igual que en el futbol, los seguidores de los partidos políticos idealizan a sus dirigentes, los tienen por deidades infalibles y libres de pecado, hagan lo que hagan y lo que les venga en gana. Siempre les justifican, por lo cual se convierten en sus cómplices ¿pero creen, que acaso les importa?... Fuera quedan siempre los ciudadanos críticos, los que precisamente son más necesarios para el desarrollo de la vida democrática.
Y es que de donde no hay no se puede sacar. Es imposible crear una democracia sin demócratas. ¿Cómo puede llamarse demócrata, quien solo quiere hacer y oír, lo que a él le interesa? Primero se anula el protagonismo ciudadano _si es que algún día existió_ y de la sociedad civil, lo siguiente es la desaparición de los partidos minoritarios, que son la salsa de toda democracia autentica. Pues estos no pueden competir o enfrentarse en igualdad de condiciones contra la maquinaria electoralista de los dos grandes partidos. Resultado: Partidocracia bipartidista.
Pero no vallamos a creer que se queda solo en un simple bipartidismo _PP y PSOE_ ¡no! sino que propiciado por los poderes más próximos a los ciudadanos como ayuntamientos, comunidades autónomas, etc. e intereses, influencias de unos y de otros que se cruzan y convergen muchas veces, este bipartidismo se disipa, en la práctica muchas veces ni tan siquiera existe, se da una especie de dupla de poder, ambos hacen de las suyas, gobierne quien gobierne. ¡Y al pueblo que le den!
En un país como el nuestro con crisis ideológica, la oferta política izquierda o derecha, para alcanzar el poder no existe, es ilusoria, al final todo se resume a cuestiones de género, raza o cualquier ocurrencia ecológica… ¿Cuál va a ser el modelo económico del PP? el mismo que el aplicado por el PSOE. Frente al dilema entre pueblo y la oligarquía, optará por la oligarquía… ¿Por qué, mi afirmación? Porque, tanto el PSOE como el PP, ni son de derechas ni de izquierdas.
O como dijo: Jorge Luis Borges para quien los peronistas no eran de ni buenos ni malos sino, simplemente, “incorregibles”. Y tanto el peronismo en Argentina como el PRI en Méjico, ambos sin ideología reconocida, se perpetuán en el poder y el pueblo sigue igual de explotado y foroforamente ciego. Y este es mi temor, que en lugar de revitalizar España, mediante una autentica democracia integradora, que realmente camine erguida hacia el futuro. Donde palabras como igualdad, trabajo, solidaridad, progreso, modernidad… signifiquen algo, sean un compromiso real y no banal o fútil, que no sean solo papel mojado. ¡No! lejos de esto mi querida España, continuara arrastrando sus alpargatas, con la cabeza baja, cada vez más vieja y cansada…
