EL MOVIMIENTO OBRERO ¿EXISTE?

No solo yo, soy quien se plantea este dilema, es evidente que el movimiento obrero lleva unas cuantas décadas que no pasa por sus mejores momentos, yo diría que prácticamente a día de hoy no existe. _Se limita a dejarse llevar, por ese grupo de de resistencias globales, del cual ni siquiera forma parte (al menos los grandes sindicatos). Este grupo de resistencias que salta a la popularidad, en Seatle. Con una gran movilización social, contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que durante casi una semana marcaron un antes y después, del movimiento antiglobalización. Y de las protestas ciudadanas._ Es decir hoy poco más o menos solo existen movimientos espontáneos y esporádicos, el movimiento sindical, está totalmente neutralizado. O al menos podemos decir que también está en crisis, (crisis: social, económica, política, religiosa, sindical…parece ser que hoy nada se escapa de estar en crisis) en una grave crisis. Ya hay quien opina que es mejor dejar que todo se vaya al carajo. Yo personalmente creo que no, que hoy es muy necesario y merece la pena luchar por revertir la situación que padece, por lo que hay que identificar los problemas que le tienen inoperante y hacerlo revivir.

Son muchos y variados los desafíos a los que se tiene que enfrentar. Y los trabajadores son quienes tienen que decidir, pues cuando una herramienta no sirve, o se repara, (si tiene arreglo) o se sustituye por otra que sirva para realizar el trabajo. No se puede seguir bajo unas siglas, que no hacen nada por mejorar tu bienestar sino que permiten permaneciendo impasibles e incluso llegan a justificar la pierda constante de logros, anteriormente alcanzados. Y no sin sudor y lágrimas.

Ya era difícil luchar para conquistar derechos, pero combatir en retirada es triste y patético. Y totalmente desmoralizador. El movimiento obrero tiene ante sí un gran trabajo, mejorar las precarias y abusivas condiciones sociales y laborales de los trabajadores, mirando constantemente hacia el futuro, no mirando al pasado. No se puede seguir luchando como se hace en la actualidad con la espalda contra la pared. Luchando en retirada, cediendo constantemente derechos, que constaron sudor, sangre y lágrimas. Los grandes sindicatos con su proceder gallinil, han logrado que creamos que toda lucha es inútil y descabellada, transformando este tipo de lucha defensiva, en derrota, en una desbandada. El movimiento obrero se encuentra hoy como pollo al que le cortan la cabeza, corre para todos los lados sin sentido. Y ciertamente creo que ya basta de ir de un lado para el otro, sin ningún sentido. Nuestro principal desafío, es no claudicar, no caer en derrotismos, pues juntos y organizados podemos.

No sigamos cayendo en la trampa; en tragarnos toda esa sarta de conjuros neoliberales, que vienen realizando para salir de sus propias crisis, de su decadencia. Es más que evidente, que el conjunto de recetas, neoliberales, sus cataplasmas recomendadas por ellos y defendidas por los gobiernos, son las que hoy han convulsionado el mundo. Por lo que no queda más que decir que por sí solas se han desacreditado. No salen de una cuando ya nos han metido en otra. Eso si cada vez que la arman nos van hundiendo más y más en el pozo y además quieren que sus desmanes los paguemos una vez más los trabajadores. Y, cuestionan los logros de la clase obrera tras más de un siglo de luchas. Mientras defienden su mundo, su inmundicia, un mundo, inhumano, invivible. Si el capitalismo es esto ¿Cómo osan, tan siquiera hablar? ¿Qué mundo han parido, tras varias generaciones de dominación indiscutible? ¿Qué han logrado?

Soy consciente de la complejidad de los problemas de que tiene que afrontar el movimiento obrero, por lo que pretendo, es llamar la atención, de la necesidad de debate, que se mantiene constantemente, me consta al menos en algunas organizaciones. Demos respuestas entonces a toda esta problemática. ¡Reinventémonos!