lunes, 8 de marzo de 2010

ENTRE LA DESAFECCIÓN Y LA EXCLUSIÓN POLÍTICA





La baja participación de los ciudadanos en las urnas, es a menudo justificada por la casta política dominante como “desafección” y no como “exclusión”, dado que la desafección, no entraña para nada la deslegitimación del régimen, _la desafección, es achacable a un sinfín de motivos e incluso a la falta de conciencia cibiaca o ciudadana_ en cambio la exclusión, si que deslegitima al régimen, al ser esta incompatible con la democracia. La exclusión, tiene como característica, dejar sin espacio político a una parte de los ciudadanos.

Este desapego, se deriva de la falta de eficacia política y la consiguiente desconfianza que esta produce de las instituciones entre los ciudadanos, estos pueden ver más o menos colmadas sus ilusiones o esperanzas. Pero los desarraigados, los excluidos estos no tienen cabida en el actual régimen, porque el sistema les ha dejado fuera. Relegándoles a la búsqueda de un activismo alternativo, diferente.

Las normas que el régimen creo en materia de competencia entre partidos políticos, (electoral y de financiación de los mismos) anulan o dificulta la participación de terceros, por aquellos que ya han alcanzado el gobierno. (Y es que se da la paradoja, que la tercera fuerza política más votada en España, cuente con una menor representación parlamentaria que otras, que además solo representan a una región. E incluso he visto como un solo concejal logra el nombramiento de alcalde al haber empate de concejales entre PSOE (4) y PP (4). ¿Esto es democrático?) Y es que el reparto de escaños es en sí mismo desproporcional.

A lo que debemos añadir el protagonismo que se ha otorgado a los partidos políticos en nuestro país. Relegando o dejando fuera otras formas de hacer que no estén encuadradas dentro de estos partidos políticos. Excluyendo la iniciativa popular. Constituyese los partidos políticos como la única forma de canalizar la participación política. Cuando leo, desafección, noto que se me está ocultando el grado de desarraigo existente, ese empeño por negar la existencia de “los otros”, _los que ellos han dejado fuera_ el querer ocultarlos y negarlos demuestra, por un lado carencias democráticas y por otro la falta de formación política y, por consiguiente justifica la falta de líderes políticos que sirvan a sus conciudadanos, a sus países.

Se puede seguir justificando la abstención electoral, como afección política y no reconocer en ella la prueba de la existencia de exclusión política. Y es que como decía la desafección puede justificarla el régimen; pero la exclusión no tiene justificación en democracia.

PENSIONES II (¿Públicas o Privadas?)

Hoy deseo comenzar haciendo referencia a Van Rensselaer Potter , quien utiliza _ al inicio de los años 70 del siglo XX _ por primera ...