Aristipo a Diógenes: “Si te mostraras sumiso al rey no tendrías que comer esa basura de lentejas”
Diógenes a Aristipo: “Si hubieras tú aprendido a comer lentejas no tendrías que adular al rey”
¡Si, ya lo sé! Diógenes esa “mosca cojonera” al que cuesta mucho aguantar, porque él tiene muy claro que es superior a los demás _vamos, que está en posesión de la verdad_ y no vayamos a creer, el no lo hace por vacilar, sino que lo hace, por el elevado sentido de la ética y la moral que tiene, no encuentra a nadie en este mundo a la altura de las circunstancias, _vamos lo suficientemente puro_. Por eso él, un maloliente y desarrapado ser, tiene el atrevimiento de indicarte tus defectos y si no, ¿cómo puedes corregirlos? Como podemos imaginar su vida social, no sería muy esplendorosa. ¿Pero acaso, esto le importaba? Cuando precisamente él se sabía diferente a los demás.
En cambio el amable Aristipo, lleva una vida ordinaria, sin sobresaltos, es decir va por la vida como la inmensa mayoría de seres humanos. Él sabe que la vida es más compleja, que va más allá, de las teorías que simplifican el mundo, reduciéndolo todo a simples oposiciones entre guapos y feos. A él, no se le ocurriría imponer sus puntos de vista a los demás, el simplemente deja hacer. El ve en la amabilidad un modo más efectivo de conseguir un fin que la intransigencia. Y no es que Aristipo, no se sienta un ser superior, nada más lejos de la realidad, él trabaja para el rey. Solo que él, no ve nada malo en adular al monarca de vez en cuando. Es más el cree que mediante la adulación influye en las decisiones del rey. ¡No le cortes la cabeza al reo! ¡Mejor, córtale las piernas! Es decir él ve, que le salvó la vida al reo, no que el reo es víctima de una injusticia y que además le acaba de condenar a llevar una puta vida. ¡No condenes a tu pueblo, al paro! ¡Que trabajen gratis!
¿Por qué motivo, Alejandro Magno, de no ser él, querría ser Diógenes?
Llevo ya muchos años, escuchando a políticos, que se caracterizan por sus discursos grandiosos y elocuentes pero carentes de verdad. La embriaguez llena la vida pública, gracias a la casta política adulterada que tenemos, lo llenan todo de discursos falsos, frases repetidas y sin fundamentos. Mentiras que se ofrecen a cambio de votos. Políticos que desvirtúan la verdad, convirtiendo a la sociedad en adicta a la desgana, anémica, sin reflejos… ¡estupidez, sobre estupidez! Es lo que tenemos.
Se suele decir que los partidos políticos juegan un papel muy importante en todos los países del mundo, porque promueven la diversidad de pensamiento. ¡Abrasé visto mayor mentira! Estos no promueven la diversidad de pensamiento, bien al contrario lo que promueven es la hegemonía ideológica, juegan a ser Dios, pasando de nosotros olímpicamente, toman decisiones olvidándose de las promesas hechas y dando de lado nuestras voluntades. Se lo pasan todo por la entrepierna. Para el PSOE, los votos depositados en las urnas, son dados de lado. No representan a quien les vota, estos son vilmente utilizados. Esto convierte el proceso electoral en un cachondeo, promueve el abstencionismo y el descredito de las instituciones.
¡PURA ADULTERACIÓN POLÍTICA!
