jueves, 14 de octubre de 2010

Ley General de la Comunicación Audiovisual




No hace mucho ha sido aprobada la Ley General de la Comunicación Audiovisual (LGCA), y, como tantas otras leyes o normas que se aprueban o reforman, también esta ha pasado de una manera más o menos desapercibida al menos para el ciudadano de a píe, es como que hay normas que nos atañen y otras como que no, como que nadie sabe para qué sirven y esto me sucede a mí con esta nueva ley. Nadie me habla de ella. ¿Para qué sirve? ¿Y en que nos puede afectar como usuarios? A groso modo tengo entendido que tendrá incidencia por ejemplo: en que se permiten los canales de televisión íntegramente dedicados a teletiendas, todos los prestadores deben clasificar por edades sus contenidos y se establecen horarios de protección reforzada para los menores, durante los cuales no pueden ponerse programas para mayores de 13 años. Además queda prohibida la emisión en abierto de contenidos que incluyan escenas pornográficas o de violencia gratuita… Pero seguro que esta norma tendrá mayor relevancia de la que a priori a mí como ciudadano de la calle, me pueda parecer o llega a transcender.

De momento viene acompañada de la creación de, El Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA). Que al parecer es un órgano que ya había sido aprobado por unanimidad en el Comité de Ministros del Consejo Europeo en el año 2000, con el fin de dotar de autoridades nacionales independientes en el sector audiovisual. Y que en España más o menos venían funcionando a nivel autonómico organismos parecidos.

Hay quien ve este organismo como un tribunal inquisitorial y puede que no les falte razón. Otros lo ven como un árbitro independiente (vamos más o menos como los de futbol, que siempre arbitran a favor del Madrid y del Barcelona) ¿Quién los propone y designa? ¿Entonces, pueden ser independientes? (Para mí, este tipo de organismos, al margen de proporcionar el “modus vivendi” de unos cuantos, solo sirven para entorpecer). Como los defensores del consumidor o los del paciente, e incluso la Comisión de Derechos Humanos o Comisiones Obreras, etc., eso sí, son un negocio redondo para unos cuantos. (Al final “¡que si quieres arroz Catalina!”. Ya saben lo que se cuenta de aquella señora de nombre Catalina, esposa de un judío converso y nacida en tiempos de Juan II de Castilla, consumía grandes cantidades de arroz; además lo recomendaba a todo el mundo como remedio a cualquier mal. En su lecho de muerte, los vecinos se reunieron en torno a ella y recitaron a coro: "¡que si quieres arroz, Catalina!". Pero ella, moribunda, hacía oídos sordos. Desde entonces, esta frase se suelta cuando alguien no te atiende)

Mientras tanto, yo solo veo que la programación televisiva no es que sea mala, es que pésima y dañina. Las ofertas son más que engañosas y además te las meten con calzador, _a la fuerza_ tanto la programación como los servicios, pues si quieres teléfono, tienes que adquirir el paquete completo, internet o tv incluido y viceversa, ofertan un precio y cobran otro o no te prestan el servicio y no pasa ni pasara nada, ¿Por qué? Porque estamos en España. Eso sí, un país llenos de comités, comisiones, defensores y todas las pamplinas que se quiera.

PENSIONES II (¿Públicas o Privadas?)

Hoy deseo comenzar haciendo referencia a Van Rensselaer Potter , quien utiliza _ al inicio de los años 70 del siglo XX _ por primera ...