martes, 27 de abril de 2010

EL SINDICALISMO (Así, lo veo)


mercado libre

Catalina woken MySpace Video

Teóricamente, el sindicalismo siendo parte del movimiento obrero, no tiene entre sus objetivos primordiales la representación política, sino que busca la unidad y representación obrera. _Hoy esto, está muy lejos de ser una realidad_ Y es que los grandes sindicatos, son mangoneados o sean convertido en la herramienta perfecta de ciertos partidos políticos, que se dicen obreros y de izquierdas, mientras que solo sirven a sus elites y otros intereses espurios. Tanto es así, que después de bastante más de un siglo, el progreso sindical está en peligro. Porque, las termitas se han instalado a sus anchas en el movimiento sindical de tal manera que o se erradican o el movimiento sindical se desvanece. De hecho ya es inoperante, de cara a la defensa de los intereses y mejoras de las condiciones laborales y sociales.

Siendo los sindicatos uno de los movimientos sociales más importantes que sustentan la “democracia” o mejor dicho, “El Estado de partidos”. El derecho de los trabajadores a la libertad sindical y por consiguiente a la movilización colectiva es la base de todos los derechos humanos, pues crea _debería crear_ los medios por los cuales se defienden todos los demás derechos. Los sindicatos han venido reivindicando el derecho a un salario y condiciones decentes para los trabajadores/as, por un mayor bienestar social como: La atención médica, educación, pensiones, en definitiva seguridad para si y sus familias. Durante generaciones enteras han luchado por derechos democráticos en el lugar de trabajo. Por la dignidad humana. Sin embargo hoy reina la apatía, que hace replantearse el papel que el sindicalismo tiene y debe asumir en el futuro más inmediato, con el fin de hacer frente a los nuevos desafiaos especialmente el de la globalización. El movimiento sindical necesita vigorizarse, recuperar protagonismo. Y este solo se lo pueden dar los propios trabajadores, con su actitud. Pasando del lamento y la resignación a la acción.

Por esto en lugar de criticar como se hizo desde los sindicatos, sobre la reflexión _acertada por cierto_ del Profesor Gustavo Bueno, al afirmar que: _“Algunos dicen que la culpa de la crisis acabará siendo de los trabajadores, pues claro que sí, la culpa de la crisis es de los trabajadores por tener esos sindicalistas, que dejaron de ser sindicatos de clase para convertirse en sindicatos de funcionarios y cuyo objetivo es seguir ahí: cobrando del Estado”_ Por lo que deberíamos darle las gracias y tomar buena nota. Ya que hoy son muy pocos, los pensadores de peso, que dedican unos minutos hacer crítica, que haga reflexionar a la sociedad y especialmente al movimiento obrero actual. Necesitamos soluciones y pasan por que las bases reaccionen, que estas marquen y exijan a las ejecutivas más presencia, en la toma de decisiones, es decir participar. Sin esta reacción, las soluciones que tan necesarias son nunca se darán, pues los dirigentes sindicales, están cómodamente instalados. Es más los grandes sindicatos se han convertido en grandes empresas, con todo tipo de empleados, e incluso han asumido el papel docente, se encargan de impartir lo que ellos llaman cursos de perfeccionamiento o reciclaje _que no dejan de ser una forma más de mamoneo_ llegando su burocratización a tal grado, que supera con creces a la de la propia administración pública.

No se sabe realmente donde empieza una y acaba la otra. Se han convertido en instituciones de y al servicio de la “partidocracia”. Por lo tanto ni, las jerarquías, ni los empleados de estos sindicatos, van a mover un solo dedo para que algo cambie, es imposible solo piensan en su beneficio y en su pancheta, les importa un bledo la del afiliado. Si precisamente su mayor fuente de ingresos, no proviene de la cuotas, sino de todas las transferencias que gustosamente y a cambio de su sumisión, les ha trasferido el “Estado de partidos” en el que vivimos.

El sindicalismo independiente, libre, es atacado, de hecho no se tiene para nada en cuenta, aunque en muchas provincias y empresas superen en número de representantes y afiliados a los llamados grandes sindicatos. El Estado y la patronal toman las decisiones que atañen a todos, solo contando con esto dos “serviles” sindicatos (CC.OO y UGT). Aboliendo en la práctica al resto.

Esto unido a la influencia desmesurada en nuestra sociedad, del FMI y del Banco Mundial, en lo concerniente a las políticas económicas, está ocasionando inmensos costos sociales inmediatos y nulos beneficios, estos últimos son totalmente inciertos y de los que solo sacan provecho las elites, estas monopolizan los beneficios y mantienen sus posiciones privilegiadas, hacen incluso su contribución a la corrupción, participan en la represión del sindicalismo libres, llegando incluso a no inmutarse o justificando la encarcelación de sus líderes.

¡NECESITAMOS SOLUCIONES!

Ya que: El sindicalismo reivindicativo ha muerto, pasando a formar parte del sistema económico social, domesticada, dócil que permanentemente tiende la mano hacia el poder. Los líderes sindicales, son vistos como unos aprovechaos, que se las han ingeniado para vivir como funcionarios. Los sindicatos se han trasformado, en instrumentos para corregir determinados problemas de crecimiento del capital. Utilizan el desempleo, como miedo paralizador de masas, para aceptar sin rechistar o como mucho sus protestas son formalismos menos que testimoniales, colaborando en el sistema económico/social, a propuesta del gobierno de turno. Aceptan cualquier legislación que se les propongan (contratos basura y demás carajadas). El resultado es un distanciamiento entre trabajadores y los sindicatos. Que se hacen evidentes especialmente en las manifestaciones.

Hay que terminar con la tendencia constante de medidas contrarias a los intereses de los asalariados, porque estamos mangoneados por partidos políticos con intereses espurios. Que nos dicen con toda su cara lo que es democrático y lo que no lo es, cuando precisamente son ellos los que no tienen nada de democráticos. Lo que ellos llaman democracia, en la práctica, es una “plutocracia”. Siguen hablando y defendiendo el puñetero libre mercado, cuando este ha dado muestras más que de sobra, que no proporciona justicia social, ni nada que se le parezca a la igualdad. Solo crea pobreza e inseguridad.


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